2da Circular - Prórroga hasta el 20 de noviembre 2015.

VII Coloquio de Filosofía "Después del sujeto: Teorías/Instituciones/Luchas y Resistencias" a desarrollarse los días 13, 14 y 15 de abril de 2016 - UNRC




Estimadas y estimados, tenemos el agrado de comentarles que  debido a las consultas recibidas decidimos extender el plazo de los aportes completos hasta el 20 de noviembre de 2015 (no se requieren abstracts).

Estos plazos nos aseguran contar con los tiempos necesarios para tener el publicación impresa con ISBN  al día del coloquio. 

Las normas de publicación pueden consultarla en la siguiente dirección: http://goo.gl/tRDrnG

Aranceles, alojamiento y demás información:

Para consultas y aportes: coloquiofilorio4@gmail.com

-Les dejamos algunos párrafos orientadores de escritura:

"El gesto fundamental, fundador, del sujeto es sujetarse a sí mismo—voluntariamente, por supuesto, como Wagner y Nietzsche, los dos grandes oponentes, que se daban clara cuenta de que el mayor acto de libertad es la exhibición de los amor fati, el acto de asumir libremente lo que de otro modo es necesario--. Si, entonces, la actividad del sujeto es, en su aspecto más fundamental, la actividad de someterse a lo inevitable, el modo fundamental de la pasividad del objeto, de su presencia pasiva, es lo que nos mueve, molesta, perturba, traumatiza como sujetos: el objeto es en su aspecto más radical lo que objeta, lo que perturba el andar calmo de las cosas. Por lo tanto, la paradoja es que los roles están invertidos (respecto de la noción convencional de sujeto activo que obra sobre el objeto pasivo): el sujeto es definido por una pasividad fundamental, y es del objeto de donde proviene el movimiento, es decir, el que produce el cosquilleo. Pero, una vez más, ¿cuál es el objeto? […] La respuesta es: el objeto de paralaje. La definición común de paralaje es: el aparente desplazamiento de un objeto (su deslizamiento de posición sobre un contexto) causado por un cambio en la posición de observación que brinda una nueva línea de visión" 
(Zizek, Visión de paralaje).

"Hubo una época en que la gente estaba interesada en cómo aparecía su alma frente a Dios; hoy está más interesada en cómo aparece su cuerpo en el entorno político. Este interés apunta, por cierto, hacia lo real. Lo real, sin embargo, emerge aquí no tanto como una shockeante interrupción de la superficie diseñada, sino como técnica y práctica del autodiseño, una cuestión a la que ya nadie puede escapar. En su momento, Joseph Beuys dijo que todos tenían derecho a verse a sí mismos como artistas. Lo que se entendía en ese momento como un derecho se ha convertido hoy en una obligación. Mientras tanto, estamos condenados a ser nuestros propios diseñadores"
(Boris Groys, Volverse público, las transformaciones del arte en el ágora contemporánea).

"La coacción de la exposición nos despoja, a la postre, de nuestro rostro. Ya no es posible ser el propio rostro. La absolutización del valor de exposición se manifiesta como tiranía de la visibilidad. Lo problemático no es el aumento de imágenes sino la coacción icónica de convertirse en imagen. El imperativo de la transparencia hace sospechoso todo lo que no se somete a la visibilidad. En esto consiste su violencia
(Byung Chul Han, La sociedad de la transparencia).

"¿Qué manifiesta una expresión como “Ontología del presente”? O, esta otra: “Ontología histórica de nosotros mismos Interrogamos: ¿Cuándo empieza nuestro presente? ¿Cuáles habrían de ser nuestras lealtades históricas? ¿De qué momento o choque de momentos presentes—desquicio de los tiempos--somos herederos? En definitiva ¿Cómo se desteje la trama de aquello que nos separa de la simple animalidad que nos cuenta, que insiste en contarnos, como elementos en la secuencia de alguna serie? A pesar de esa insistencia de los sistemas del capital y de las burocracias, todavía podemos pensar porque tal vez se les escapa a los sistemas algo esencial. Algo esencial que nos concierne de manera directa. Algo que define incluso a la edad que vivimos “como la edad crítica por excelencia, es decir, la edad (ya va llegando con todo a los dos siglos) en la cual la literatura—o cualquiera sea el nombre que se le dé—se dedica a la búsqueda exclusiva de su propia identidad, arrastrando tras de sí incluso a toda o parte de la filosofía y de algunas ciencias (aquellas que se llamarían humanas, curiosamente), y abriendo el espacio de lo que llamamos hoy, con una palabra a la que los románticos aficionaban particularmente, la ‘teoría’” (Jean Luc Nancy-Philippe Lacou Labarthe, El absolute Literario, p 32)…edad a la que esencialmente pertenecemos en todas sus dimensiones y que viene a decir que no hemos salido de la época del Sujeto.

"...quien dice sujeto dice presuposición de sí mismo o, mejor, quien dice sujeto dice el ‘sí mismo’ como presuposición o como auto-presuposición. De allí hay que extraer que el sí mismo filosófico está esencialmente en esa dimensión de lo pre o de lo antes, de la precedencia, de la antecedencia. Pero eso para post suponerse. El sí mismo filosófico está siempre más allá de lo que es, pues precisamente puede y debe volver siempre al infinito de su presuposición. Jamás ha terminado, como dice Hegel, de dejar de ‘espumearle al él su infinitud’. Podría decirse: está antes o después, nunca está allí, nunca es alguien que esté allí”
(Jean Luc Nancy, ¿Un sujeto? Pp-51-52)"